viernes, 9 de diciembre de 2011

CUEVA DE LAS MANOS


La cueva de las Manos es un sitio arqueológico y de pinturas rupestres que se encuentra en el profundo cañadón del río Pinturas, en el Departamento Lago Buenos Aires al oeste de la Provincia de Santa Cruz en Argentina.
Su interés radica en la belleza de las pinturas rupestres, así como en su gran antigüedad: hasta el momento, las inscripciones más antiguas están fechadas en el 7350 a. C. Se trata de una de las expresiones artísticas más antiguas de los pueblos suramericanos y ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
La cueva de las Manos pertenece a una serie de sitios arqueológicos americanos, como Monte Verde (Chile), Pedra Furada (Brasil), y Piedra Museo (Argentina), entre otros que están cuestionando la tradicional teoría del poblamiento tardío de América, para sostener una teoría del poblamiento temprano (pre-Clovis).
OTROS DATOS
A pesar de que la cueva es conocida por viajeros occidentales desde el siglo XIX (siendo el primero el perito de límites Francisco Pascasio Moreno), las investigaciones arqueológicas se iniciaron en los años sesenta. Éstas demostraron que los antiguos habitantes vivían de la caza y la recolección de animales, y de vegetales silvestres. Además de encontrar las manos «pintadas» también se encuentran formas como círculos, óvalos, figuras estrelladas, entre muchas más.
Las manos no fueron pintadas sobre la roca sino estarcidas sobre la piedra. Esto significa que aquellos antiguos habitantes apoyaban la palma de la mano sobre el techo o pared de la cueva y luego la cubrían de pintura.
CARACTERISTICAS
La principal cueva está tallada por la erosión en los elevados paredones que acompañan al valle del río Pinturas en el noroeste de la Provincia de Santa Cruz; tal cueva posee varios aleros, y presenta en su interior pinturas rupestres realizadas durante un extenso período que va desde 9400 AP.
En tales pinturas se observan figuras que reproducen elementos relacionados con la vida cotidiana de antiguos pueblos cazadores recolectores. De todas ellas las más célebres y antiguas son las siluetas en negativo de las manos (se han contado 829), en ciertos casos superpuestas. Tales siluetas fueron realizadas por antiguos métodos de aerografía (el material cromático se aplicaba en forma de aerosol soplado a través de los huecos medulares de pequeños huesos de animales).
La gama de colores dominante es la que implica al rojo, ocre, amarillo, verde, blanco y negro. Se los confeccionaba con frutos, plantas y rocas molidas. También —por magia contagiosa (según la clasificación de Fraser)— se utilizaba la sangre de los animales cazados.
SIGNIFICADO
El significado de tales representaciones es actualmente hipotético, aunque casi sin duda alguna formaría parte de un ritual con elevado componente mágico (se supone un intento de «unión mística» entre los participantes y las fuerzas telúricas, la otra hipótesis —menos firme— es la que sugiere la intención de perpetuidad de quienes dejaron la huella de sus manos), también existen impresiones en positivo de las manos (es decir, logradas mediante el apoyo en las paredes de la palma de las manos teñidas con pintura).

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